domingo, 3 de enero de 2016

DESPEDIDA DE LOS SEGIS EN GASTEIZ

Hace un tiempo que Segismundo Toxicómano anunció que el mítico concierto que dan siempre en fechas navideñas en Gasteiz sería el de despedida. No han aclarado mucho si es definitivo o es un “nos vemos” como ellos mismos cantan pero lo que si está claro es que sus seguidores no quisieron perdérselo por lo que días antes del concierto ya se colgó el cartel de “sold out”. El sábado 26 de diciembre fue la fecha elegida para un año más reunirnos en la sala Jimmy Jazz. Vino gente desde muchos sitios, Madrid, Valladolid, Burgos pero sobretodo fuimos los de siempre, los del barrio, los que hemos crecido con los Segis. La sala estaba abarrotada de gente con ganas de disfrutar de lo que podía ser la última vez que un pogo nos arrastrase en un concierto de los de Adurza. Y la respuesta por parte del grupo estuvo a la altura de todas esas ganas acumuladas entre los asistentes. Casi dos horas y medio de concierto en el que nos hicieron sudar el infierno que cada uno llevamos dentro. Pocas canciones se echaron en falta, no falto ningún clásico, “Gaupasa”; “Realidad”; “La rana”; “Axturias”; “Odio”. Tampoco faltaron canciones de sus discos más recientes como “Perros” o “Murallas”. Consiguieron que toda la sala se agachara en “Último asalto” donde se echaron de menos las bengalas que años atrás hacían arder las calles de su propio barrio. Hubo momentos en los que se escuchaba más corear al público que al propio Placi que delegaba gustoso. En canciones como “Euskadi” o mi “Vida” los estribillos alternativos suplantaban a los originales y en “Sospechosos” un poGo asolador arrasó la sala. No faltó como parte de la tradición el “Tiene Vitoria...” para homenajear a los Cica con su versión de “Botes de Humo” que todos los perros viejos allí presentes vociferamos como si el mismísimo Nacho estuviera blandiendo su muleta en el escenario. Tampoco falto la versión de los Cobra y como novedad y a capella, coreada por la sección old schoold de los parroquianos más fieles el estribillos de la canción “Entre borrachos” de MCD.

La primera vez que vi a Segismundo Toxicómano no tendría más de 12 o 13 años, tocaban en las fiestas de mi barrio y la verdad que el nombre del grupo prometía. Por problemas técnicos lo único que pude escuchar fue “Segis-segis-mundo-toxi-toxi-toxicómano”. 17 años después tengo tantos recuerdos (el cassette de “Mundo Tóxico”) y anécdotas ligadas a ellos que necesitaría el dominical entero de un periódico para contarlas. Los Segis para mí y para mucha gente que conozco han sido parte de nuestra trayectoria personal. En mi caso ha sido un grupo que unía a una cuadrilla de amigos y amigas. Desde los conciertos en las fiestas de los barrios o de Vitoria, el directo grabado en el HellDorado, todos los festivales, año tras año en navidades en la Jimmy Jazz hasta el Resurrection Fest donde a pesar de tocar solo 20 minutos los disfrute más que cualquier cabeza de cartel internacional. Los Segis se han convertido en una tradición más devota y santa que saltar la verja de la Virgen del Rocio. El sábado vi mucha gente joven y me dio pena pensar que quizás era la primera y última vez que iban a poder disfrutarlo. También vi mucha gente que nunca falta y me sentí parte de algo, no sé muy bien de qué, pero me gustó. Creo que son el grupo que más veces he visto en directo y donde siempre me he dejado el pellejo y la voz. El sábado me sentí como si tuviera 16 años otra vez, me daban igual los empujones, el kalimotxo volando por los aires, el calor infernal…mereció la pena, me despedí agusto y en la mejor compañía. Agur, nos vemos por la R.I.A.


Por Reina Ginolanda para Arpha Press

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