La capital del estado tenia muchas ganas de ver a estos genios. Ya había revuelo en los medios de comunicación "de la familia" y todo el mundo con el que hablabas tenia su entrada o iba a comprársela. Algunos de ellos tarde, ya que plantaron un Sold Out como la copa de un pino. Os cuento todo esto para que os expliquéis las locuras que a continuación acontecen.
Ya al entrar, antes de que empiece todo, había un ambiente eléctrico e inquieto en la Sala Penélope, tanto en el piso de abajo como el de arriba. Todo el mundo se agolpaba en la parte frontal del trozo de sala que encontraba libre y cómodo para ver el concierto. Los técnicos de foto eligieron la barra, así que allí nos quedamos, viéndolo todo en panorámico, en uno de los pocos lugares de la sala donde podía sacar mi viejo boli sin clavárselo a alguien involuntariamente.
Resuena el himno de la URSS a modo de intro y nos empezamos a sonreír... Muchos con el puño en alto y algunos incluso se lo sabían en su ruso original y lo entonaban. No sabemos si por amor a Lendakaris o a la URSS. Acto seguido suena la intro de su último disco "Cicatriz en la Mátrix" empalmándolo tal cual con "Tenemos a la pasma" y la gente entra en estado de pogo automático. Toda la sala, y en pequeños puntos en la parte de arriba. Una locura de un calibre sin precedentes aquí.
A esta le siguen temas como "Estamos en esto por las drogas", "Cómeme la franja de Gaza", "Cervezas sin alcohol"... El ambiente de la sala sube completamente desbocado, algunos cámaras se quitan de encima a los asistentes como pueden, los que ya se han zafado de sus "fans" limpian constantemente los objetivos, que están empañadísimos.
Yo siempre intento entrar en el pogo y sobrevivir para contaros que hay, no se me quejen luego los lectores... Total, se me ocurre entrar con "El último txakurra" y la gente se cruza a mi alrededor toda velocidad, al principio, alguien repara en mi y acabo de en tirón en el eje del huracán. Golpes, risas, bailes, buen rollo, locura... sí, pero multiplícado por diez. Impresionante. Acaba todo y me dan tres segundos de respiro. Suficiente para coger aire y entrar en el infierno.
Yo allí, y empieza "Modo Dios" y la gente no podía tener mas ganas de estrenarla. Todos nos la sabemos, todos bailamos. Los lesionados van subiendo al piso de arriba, que poco a poco se va convirtiendo en "el banquillo". Arrasamos, bailamos, reímos, cantamos... Demostramos al grupo que venimos preparados para tres horas mas de esto si hiciese falta.
Como las canciones de Lendakaris son cortitas, salir del pogo iba a suponer perderme "Ni si, ni no, ni todo lo contrario" y como esta canción se ríe mucho de mí concretamente me quedé la última. Para salir luego dando botes con el tema "Odio el fútbol" que también me encanta.
Después de esto vino un descanso que a algunos se les hizo un poco largo pero que a mi por el momento fan me dio un poco igual. La gente se lo perdona todo por que vuelven con "Centro Comercial" y con eso nos tienen a todos ganados, sobretodo si lo empalmas con temas como "Detector de gilipolleces", o nos hacen volver a Chimo Bayo con su "Eta si, eta no". Pero el siguiente momentazo especial estaba reservado para el "Húngara Chúngara". Ya era de imaginar que con este inicio de canción iba a ser un bombazo en los directos. Para mí la mejor canción del nuevo disco.
Poco después cerraron el concierto de nuevo con el himno de la URSS. Faltan muchas canciones que describir aquí, pero creo que me hubiese quedado demasiado largo. Con su nuevo componente venido de Ska-p están completamente renovados, y no dejan de moverse ni un solo segundo. Ha sido un bolazo y el público se lo agradece bramando hasta el final, ellos por su parte salen de nuevo a agradecer a su público y dejarnos una última sonrisa. Queda en mi lista de imprescindibles.
Por Mitternacht Blackcar para Arpha Press
Fotografía por Ángel Fernández para Arpha Press
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